Es emocionante, ¿sabes?, te subes ahí arriba y estás en otro mundo. Veo al público a mis pies y se me erizan los pelos cuando, tras presentarme Kike, hago un pequeño solo de batería que acompañan con silbidos y batir de palmas. Golpeo fuerte con las baquetas y mis temblores se trufan de vibración y mi miedo se convierte en náuseas que se disfrazan de gestos histriónicos. Cuando Paca les dice “¡ahora vosotros!”, miles de voces atadas por la letra de la canción suenan como una sola, evito mirar a los de la valla, los de la sudadera negra con capucha, los que llevan el anagrama del grupo y las letras de mi nombre grabadas en amarillo chillón en le pecho. El amarillo trae mala suerte en esto del espectáculo, ya lo sabes. Ellos me aojan, por eso procuro no encararles y, cuando lo consigo, disfruto del concierto, del momento, porque después, al bajar del escenario, siento aún más náuseas, me tiemblan aún más las manos y las piernas, vuelvo a ser el que soy, pero envasado al vacío.
El jamón hay que sacarlo un poco antes, cortas el plástico y se rompe el vacío al absorber el aire. No conviene tenerlo en la nevera, por eso hay que dejarlo al aire, para que se oxigene, suelte grasa y este bueno. Yo después de los conciertos necesito oxigenarme.
10 comentarios:
Tras el lavado de cara del blog han desaparecido los comentarios de Haloscan. Había dificultades de compatibilidad con el diseño. Tengo miles de vuestras anotaciones en esa página.
Perico, me tienes impresionado...cuántas veces te lavas de cara?
Muchas, que si no se me llena de granos... es lo que tiene la adolescuarenta.
No, ya he terminado las obras.
Y las ranas???? son venenosas?
tienen pinta
¿? ¿? ¿pero que es eso? tu batería?
besos, Oscar
hombre, para mí es mucho más dura la bajada que la subida (al escenario). volver al suelo... ufff...
y las ranas? me gustaban mas
es que va cambiando según, sin, so, sobre y tras.
y mediante
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