El alma en venta

Con el alma en liquidación, expuesta como las baratijas que la adornaban, paseaba la Casa de Campo arriba y abajo. Se acercaban, la probaban, utilizaban su cuerpo unos minutos y la devolvían, sobada, al revoltijo del stand de oportunidades, cada vez más ajada. Regresaba al escaparate de cuerpos en multipropiedad: nunca nadie se quedaba con ella y las esperanzas de compartir lo poco que le quedaba dentro se desvanecían en las noches iluminadas de faros.