Química y Física


Tu cara de culpabilidad, la turbia mirada del reproche, las ahogadas palabras: "esto no puede volver a pasar" eran tan inevitables como que nos lo hiciésemos; la atracción, la química de las hormonas imponía su voluntad sobre el iterado no. Ahora, desde el recuerdo, me gustaría asociar el placer a tu sonrisa, conjugarlo con un solo despertar nadando en el claro de tus ojos, pero tu semblante, como entonces, se me aparece avergonzado y temeroso. Mas ahora sé que la física manda, distancia y tiempo triunfan y, para tu tranquilidad, no habrá una próxima vez, no volverá a pasar.

No hay comentarios: