Mireusted

"El viejo mal hablado hace al niño desvergonzado"

Se me acerca a la ventanilla del coche en pleno momento de agobio, mientras los niños bajan a la vuelta del cole, cargada con dos bolsas del Ahorramás, bien vestida, de peluquería, y vieja como la tos, increpándome por parar justo delante del paso de cebra, aunque tenía espacio de sobra para pasar. Se dirije a mi con el mireusted de la gente de orden, despectivo y autoritario, sin alzar la voz, ese mireusted que usaban los viejos maestros para hablar con sus pupilos a los que pretendían enseñar sólo a base de reprimendas y censura, sin admitir discusión, con el mireusted que utiliza, todavía, alguno de nuestros políticos. Le explico que el código de la circulación permite parar para que suban y bajen pasajeros, que no estoy estacionado, sólo parado, que va a ser un momento y que se tienen que bajar unos niños, le crispa que le lleve la contraria, que le conteste y, al estilo Fraga, pierde los estribos:

- Mireusted, ¡ande y que le den!.

-¡Que te den por culo a ti puta!".

El alivio y el arrepentimiento se mezclan en mí.