Ruido

A ratos, como desperezándose, mis oídos se despejan como si desplegara las orejas y me llega el rumor lejano del tráfico y el runrrun de viejo motor oxidado de la vida haciéndome bailar a ritmo de rumba, escucho la ronca voz del trabajo que me llama rompiendo mi asilamiento y, con cara sorprendida, rasgada la voz de mi cabeza, vuelvo a escuchar mi alrededor.

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