Este nuestro país no dejará nunca de sorprenderme. Ayer en el ejercicio de mis funciones fui a la Comisaria del Aeropuerto Internacional de Madrid-Barajas, donde se encontraba detenida una persona que no hablaba nuestro idioma. La declaración no pudo celebrarse y hoy pasará a disposición judicial porque en el aeropuerto internacional no disponían de intérprete oficial de....¡¡¡INGLÉS!!!, y allí nos ves al policía y a mí, en nuestra peculiar interpretación de la lengua de Shakespeare, explicándoselo mientras ponía cara de sopresa e incredulidad.

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