A nadie se le oculta que llevo unos día de capa caída, preocupado, sin vivir, con desasosiego.

Me preocupa su ausencia, que vacía mi interior, echo de menos sus "miradas constantes, sus sonrisas perfectas, sus palabras precisas", previamente escritas por el funcionario de turno.

Me obsesiona la falta de imágenes de su normalidad, como ciudadanos más, que cenan en un restaurante mientras se encienden las luces de los monumentos aunque no toque, y de ese pueblo nuestro capaz de llevar una badera republicana a las manifestaciones por la mañana y de pedirles autógrafos por la tarde, ese que echa a un rey hoy y lo recibe pasado mañana al grito de ¡vivan las cadenas!.

Españoles, Felipe y Leti han...desaparecido

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