Un día de la Bona Dea diferente

El bellísimo y barbilampiño Plubio Clodio Pulcro, de los Claudio de toda la vida, se coló a lo Mecano en la fiesta de la Bona Dea vestido de mujer,  mas su voz masculina le traicionó, fue descubierto y salió huyendo poniendo en evidencia a la organizadora,  la esposa del Pontífex Maximus, que no era otra que Pompeya Sila, la mujer de César,  lo que unido a los rumores sobre su romance con  Clodio, que junto con su hermana Clodia, los Antonios y Celio, eran los "enfants terribles" de Roma, llevó al pontífice a demandar al adonis por el sacrilegio cometido y a divorciarse de su mujer. No pudo aportar prueba alguna de que el intruso fuera Clodio, por lo que salió absuelto, pero siguió adelante con la disolución de su matrimonio pues -afirmó- "la mujer de César no sólo tiene que ser buena, sino parecerlo".

No hay comentarios: