Rincones

Gusté siempre más de rincones que de esquinas. Aquellos, parte cóncava de estas, invitan al recogimiento y la intimidad, mientras las esquinas, con su vértice, incitan a la premura en el encuentro. Prefiero estar arrinconado a que me den esquinazo. Gozo pues más de mis rincones que de sus esquinas.

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