Tautología del miedo

Aquel bravucón que parecía imparable en las situaciones límite era realmente un ser temeroso, pendiente del qué dirán. Si reaccionó como lo hizo fue porque se sentía acorralado, como una fiera que saca sus fuerzas del terror. Estaba rodeado de extraños y eso no le ayudó en absoluto. Si hubiera estado alguno de sus amigos y, simplemente, le hubiese hablado con calma, no hubiera actuado así. Realmente es una persona amable, si consigues conquistar su confianza para que charle contigo, sensible, casi se podría decir que es un artista, no te imaginas la de cosas que sabe hacer; mas, en cuanto se siente observado, rodeado de desconocidos, sus habilidades se desvanecen y se transforma en un tipo tosco y huraño. Es realmente singular.

4 comentarios:

oscar dijo...

si ese ser es un peque lleno de felicidad dale un besito y si no lo es también se lo das

Anónimo dijo...

He vuelto a leer (esta vez en inglés como trabajo de clase) "El curioso incidente del perro a medianoche", y claro tu texto me ha remitido a Cristopher: ese adolescente que no soporta estar con extraños, ni que le toquen, ni las ironías, ni el color amarillo... pero que es verdaderamente encantador.
Eso sí, lleva una navaja suiza en el bolsillo por si acaso.

terremoto dijo...

El miedo es libre no? a veces nos hace reaccionar y hacer cosas que no queremos.

Besos de finde

Pedro Valdés dijo...

Bo, curiosa comparación, no se me había ocurrido.

Terremoto, el miedo NO es libre