La histriónica dama

Que Justicia es fría y arrogante ya lo sabíamos, pero es que además es vanidosa. Se presenta desde antiguo envuelta en negros y estrafalarios ropajes para llamar la atención y se distingue de los demás con tratamientos trasnochados: señorías, ilustrísimos señores, excelentísimas salas, venias, medallones, puñetas y demás zarandajas que no tienen otro fin que elevarla sobre el pueblo, al que debería servir, y engrosar orgullos engolados. Sin embargo, los medios de comunicación la han hecho aun más diva. Líbrete Dios de un pleito con prensa; Justicia reaccionará con el mayor de los escarmientos o con la resolución más disparatada con tal de aparecer en primera plana. Desde que la histriónica dama acude a los platós se asemeja cada vez más a las pornostars, incapaces de no desviar su fingidamente ciega mirada a la cámara en plena felación con tal de tener protagonismo.