y soñé que agonizaba, ciegos los ojos muda la garganta, a mis oídos sólo llegaba la voz de Federico, sonido de ultratumba, lejano, sordo, hueco, irritado, irritante y solemne como las de la COPE:

"...y los seres alados bajarán del cielo y destruirán vuestras ciudades por los pecados cometidos, y habrá llanto y crujir de dientes"



La gripe aviar está en Grecia, y no sé si se le está prestando la debida atención.

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