Vocación


Pensándolo bien mi vocación fue temprana, se manifestó en mí de niño, mientras mi madre se empeñaba en llevarme a misa los domingos por la mañana y yo, que la acompañaba a regañadientes, me sentaba de espaldas al cura en la tabla que sirve de reclinatorio en los bancos corridos de la Iglesia, y murmuraba enfadado una y otra vez "soy pequeño, yo no tengo derecho a venir a misa". Y aquí me tienen, abogado, aunque en ocasiones sigo confundiendo derecho, deber y obligación.

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