Ya estoy de vuelta, y no sólo de las vacaciones. Lo dicen las estadísticas sobre esperanza media de vida del macho ibérico. Este verano, casi sin darme cuenta he alcanzado la cima y sólo me queda el descenso. Espero bajar despacito, pisando firme y con buen pie, disfrutar del paisaje que se ve al fondo pero sin ninguna prisa por llegar al final, cubriéndome bien para que el frío aire que roce mi cara la aje lo menos posible, tomándome mi tiempo para que el inevitable cansancio agarrote lo menos posible mis huesos. Estoy en medio.

No hay comentarios: