La verdad es que no hay nada más que ver a mis mellizos para darse cuenta de están estupendos, pero quieras que no, cada vez que les toca revisión en el Hospital La Paz a uno no deja de encogérsele un poco el corazón, por recuerdo del pasado, por miedo a que tengan algo. Y uno respira, como hoy, a pleno pulmón, cuando le dicen que no hay secuelas de su nacimiento tan prematuo. INSPIRAR Y SOPLAR; INSPIRAR Y SOPLAR, ¡DA GUSTO!

No hay comentarios: