Como se me ha "petao" el ordenador del despacho, he aprovechado para hacer gestiones fuera, entre otras, pasar la ITV al coche.
Cuando esperaba a que me entregaran el resultado, cual si de parte médico se tratara, me he dedicado a observar a los conductores que en aquel momento estaban pasándola. Las caras de pánico de las victimas del marqués de Sade no debian ser nada con las de los sufridos iteuvistas: Nervios en los rostros y reacciones torpes a las órdenes de los ¡¡¡¡¿¿¿inspectores!!!??? , que, con el poder subido, gritaban, ¡señor, le he dicho a la derecha!.
Otra curisosidad, la ansiedad, el nerviosismo y la angustia se hacian notar más en los hombres que en las mujeres y creo adivinar la razón. Para nostros el coche es como una prolongación de ..... nuestra autoestima.Lástima no haber llevado la cámara para hacer fotos, hubiera sido un curioso reportaje.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario