Actitud
Sin ser guapa, tenía esa chispa, ese gracejo especial que hace que te olvides del físico. Nunca la veías igual, siempre llevaba algún detalle único, original en el pelo o en el vestido, que cambiaba de una a otra vez, y sobre todo, tenía esos ojos que reían mucho antes de que sus labios se abrieran. Transmitía, con su simple actitud, y con su conversación, siempre amena, una sensación de alegría y ganas de vivir.
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