De romanos

(Pequeña muestra de lo que ando escribiendo)

Mi hijo Publio Iuventio Cano, al que seguramente tendrás en tu presencia a la lectura de ésta, ha terminado sus estudios de gramática y muestra pasión por la poesía, en la que pretende cultivarse sin descuidar, tal como ha prometido, el resto de materias. Por ello le he enviado a Roma para completar su formación. Si no es carga para ti, me gustaría encomendártelo, pues en todos los sentidos deseo, como cualquier padre quiere para su hijo, que esté siempre con los mejores. Sé que contigo y tus amistades el que va a dejar de ser un niño estará en buenas manos, aprenderá y tendrá a su alcance las más recomendables  relaciones en la ciudad. Te enviaré, si aceptas, poder suficiente para que contrates o compres a un buen rétor y lo que tú estimes necesario. Mi procurador en Roma te proveerá en mi nombre de los fondos suficientes. 
Te agradezco de antemano el cumplimiento de la solicitud que te hago en esta misiva, que mando enviar antes de las parentalia para no incomodar con cosas de los vivos a los muertos que se honran,  asegurándote que lo mismo haré yo cuando las tuyas viere.



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