Piedras



Tu es Petrus et super hanc petrama aedificabo ... tronó una voz profunda, seguida de un relámpago que iluminó mi habitación.

¿Yo? ¿Es a mí? respondí trémulo al tiempo que pensaba en el extraño fenómeno. ¿No va el rayo antes que el trueno?, me pregunté.

—Sí, sí, a tí, no te me hagas el longuis, tronco, ¿hay otro Pedro por aquí?, ¿o es que ya no sabes ni cómo te llamas? Desde luego... la voz se agravó aún más, haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera, que vibrara con una sensación desconocida.

— Esta bien interrumpí asustadosi quieres piedras, pondré piedras. Hágase tu voluntad.

Y así se hizo; escrito está.




No hay comentarios: