Despedido

De nada sirvieron los esfuerzos. Inútiles fueron la concetración, los cambios de posición y los solícitos ascensos y descensos. Vano el intento de aferrararse a los duros hierros que tenía ante los ojos.

- Vete vistiendo que te vas.

Fue lo último que le escuchó decir. Tal vez hubo más palabras antes de cerrar la puerta tras de sí, pero ya no podía oír ninguna otra.

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