El desconocido

Me he descubierto interviniendo en la conversación de la barbería, mientras maquina en mano el peluquero me rapaba. Después, en el ultramarinos del barrio en el que me gusta comprar la litrona, los mejillones, las patatas fritas, las aceitunas, el queso, y los sobaos (no en vano hay un rótulo en la puerta de "Lácteos Cantabria"), me he sorprendido hablando con el tendero y los parroquianos sobre qué hacían el puente, sobre esto, aquello y lo de más allá. He roto años de público silencio. ¡Dios! ¿Qué me está pasando? A mí que he sido siempre una lengua muerta, con ojos y oídos siempre abiertos.

Era el mismo miedo que sentí una vez
la misma inquietud, pero ahora en otoro ser
era disfrutar cada mintuo
de cada detalle de mi juventud.

Fue la risa abierta de un atardecer
una mano cargada de timidez
un impulso lo que me hizo estar aquí
pedirte callado quédate a dormir

Aquí no importa nadie nadie más que tú
perdona si algún dia no te lo hice ver
tu huella deja en mi mas que una multiud
un soplo de pasion que me eriza la piel

Aquí no importa nadie nadie más que tú
perdona si algún dia no te lo hice ver
tu huella deja en mi mas que una multiud
un soplo de pasion que me eriza la piel

aquí no importa nadie nadie más que tú

Cayeron las hojas de mi otoño gris
ya refresca por la tarde aquí en Madrid
caminé descalzo por el parque
y la humedad del suelo me hizo sonrerir.

(A Toña de la que extraigo mis fuerzas, probablemente a costa de las suyas)
Letra: Vanesa Martín (Disco: Agua)



No hay comentarios: