feliz 2006


Todas las noches viejas de mi vida, salvo dos, las he pasado en mi casa, nuestra casa. Me gusta recibir los años nuevos sentado a la misma mesa que desde niño, prácticamente invariable en su vajilla y copas, protestar por tener que arreglarme para la cena, los abrazos tras la uvas y la salida a esa pequeña fiesta entre amigos, sin lujos pero entrañable, y la vuelta con el aire helado en el rostro por las calles de ese pueblo en el que se echa cada vez más de menos a más.

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