¡Puta edad!


El lunes, cuando fui a Plaza de Castilla, aparqué el coche en batería frente al INE. Cuando me marchaba, al ir a por el coche sorprendí a un vejete meándome la rueda.

- ¡Pero hombre!, le dije.

- Yo no quiero hacer daño a nadie, es que me dan las ganas en cualquier sitio y no puedo aguantar, ¡puta edad!, me contestó con gran gesto de dolor, picha en mano.

Y me vi viejo, prostático, y subí al coche, abrí la puerta para cubrirle de mi mirada y la de otros transeúntes hasta que acabó de sacudírsela y pude arrancar y sacar el coche mientras pensaba ¡puta vejez!.

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