Aprovechando que Pedro tomó vacaciones y ha optado por el silencio, le he pedido prestada su página....


"Es liso. Mide catorce centímetros sin erección, el doble erecto. ... Es rosado como la piel de un recién nacido, debajo de los tejidos brillan miles de venitas rojas, parece un diminuto jardín de Príncipes negros, que en Cubano son las rosas rojas. El pellejo es dócil cubre y descubre cuando es menester hacerlo, como un mantón belle epoque. Al tacto tiene la calidez de la jalea real, ese vigor que cura la más emperra amigdalitis. El centro es sólido, a prueba de derrumbes, apuntala´o desde tiempos inverosímiles a.n.e, semejante a una columna del Partenón. La cabeza es como en un ordenador con el sofware más avanzado y eficaz- putona y cerebral, porque va justo al punto álgido, al del triunfo. No descansa hasta agotar las vías a la solución perfecta, la posición cómoda, la operación adecuada. Ejecuta febrilmente...Es brillante y sabrosona. Exhala un perfume a piel lavada con Mon savon, ese jabón francés a base de extractos de fórmulas de perfumes antiquísimos, pachoulí, jazmín, rosas, leche de cabra. ¡Leche, leche mía! ¡Si la cuota de dieta fuera cómo esta!"

En ese momento, mis pupilas descansan y caigo en la cuenta de que cómo él dice "Hay mucha gente que observa en el metro"

El texto es un fragmento de La nada cotidiana de Zoé Valdés. (Libro que después de lo leído no hace falta que os recomiende)

Lo ha escrito Zinc en este blog prestado.

No hay comentarios: