El club de los cacharros muertos


Lo que cuenta Toña es un visión idealizada de nuestra vida. Tenemos una pared con goteras, un techo sin tejado, un congelador que no congela y moja el suelo, una calefacción que no calienta, un tenderdero con andamio, un mando a distancia roto por la mitad y unos padres rotos de cansancio, que para más inri, se han quedado sin chica. Tan sólo Bohdi parece hoy un firme candidato a ingresar en el club de los cacharros rotos. Y ya se sabe que quien rompe paga y se lleva los tiestos a casa. Menos mal que mañana recargaré las pilas, en parte, con mi "fuente de energía"

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