Más carcas


Mea culpa, mea culpa. Lo confieso, arrepentido, y aceptando la penitencia que me sea impuesta, y es que ayer me equivoqué, la culpa de todo lo que está pasando no la tiene el libre albredrío, no. La culpa es de la libertad sexual. Lo dicen los obispos, que de sexo y vida en pareja, no se como, pero saben un rato. Que la paz de Dios, que no la de la Igelsia, esté con vosotros.

No hay comentarios: