Hace un año ya que, tras conocer a Kovi, me animé a escribir un blog. Tras algún intento fallido, que navega por la red a modo de ciberbasura, nació esté blog. Por entonces escribí el post que trancribo, porque me sigue gustando. Fue fruto de un "sueño" en el que mezclaron varias cosas, incluido un exceso de horas delante del ordenador. En ese momento nadie lo leyó y, hoy, le deseo mejor suerte.
(tú lo flipas ¿no?)
¡Distraed a la muerte!, ¡aburridla!, ¡despistadla!, cualquier cosa con tal de que no entre. Tapad las rendijas. ¡Cantad!: "Este es el tapón de tapar la botella de vino que guarda en su casa el vecino", como los niños de "La Dama del Alba", para ver si, agotada por la salmodia infantil, se duerme y, llegado el día, todo vuelve a brillar con intensidad plena.
¡Que no quede un resquicio en mi mente!... Ya empiezo a ver. Y veo al dragón que aburrió a la muerte, ¡ay! pero sólo por tres minutos, y veo luces... y no consigo que esto tenga consistencia, se desconfigura,... y el humo azul, que como niebla cubre mis pensamientos, asciende sobre mi cabeza, al nivel más alto...y recojo la toalla ensangrentada, que alguien dejó en el retrete de la cenefa, para que a nadie importe y ya brilla el sol sobre mí, la distraje, y ambos dormimos felices sobre un lecho de pétalos de rosa.
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