Érase un tiempo, este, en el que la vejez no existía, llamábasele tercera edad, pensando que con ello se la despojaba de sus achaques y realmente, se le despojaba de la sabiduría por el menosprecio a que estaba sometida.
Érase una época, esta, en la que la que no había hombre ni mujeres, o eran jóvenes o adolescentes, no había más que escuchar las noticias, "un joven de 38 años ha...." o bien, "...el adolescente, de 11 años de edad,...".
Tenemos tanto miedo a la vejez y a la madurez que nuestra “cultura” intenta borrarlas expulsándolas del lenguaje cotidiano y al paso que vamos que nos quedaremos en pañales. Seremos todos unos niños
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