ALGO SE ME ESCAPA ENTRE LOS DEDOS


(O la triste historia de Perico ante el PC, reconcomido de envidia porque ha visto a la gente salir de sábado, mientras el se quedaba en casa solo y porque todos duermen, y el se aburre y preferiría estar de copas...
ehhh menos mal que hay alguien en el mesene)

Hoy he tenido guardia en el Turno Penal de Menores y he estado prácticamente todo el día trabajando. Cuando he salido de la última comisaría en un pueblo de Madrid y volvía a casa no he podido evitar sentir envidia "sana" (mentiroso te reconcomía por dentro y te ponías amarillo y no lo soportabas) de la gente que salía con sus amigos a tomar algo, a disfrutar de la noche de sábado.
He pagado un precio muy alto al dejar de salir para dedicarme a cuidar a mis pequeños prematuros durante estos tres últimos años, no me arrepiento pero a veces, como hoy sábado a las diez de la noche, con todos los niños y hasta Toña dormida, no puedo evitar cierta sensación de soledad y de envidia. Me gustaría que sonara el teléfono y algún amigo me dijera, ¿te vienes a tomar una caña? y se que no va a suceder porque nadie me llamará.
Cuando uno dice tantas veces seguidas “no puedo” a los amigos, dejan paulatinamente de acordarse de ti, tienen su vida (también complicada la de algunos, por cierto) y te vas alejando, poco a poco, casi sin darte cuenta. Si a eso le sumas que debes organizar la salida y pagar a la cuidadora de los pequeños 6 euros la hora, todo ello hace que las pocas veces que salgo hayan perdido espontaneidad.
En fin, mañana, domingo, comida familiar con niños incluidos y mi "finde" habrá terminado de nuevo con la sensación de que me he perdido durante tres años y que cada vez me queda menos algo se me escapa entre los dedos...


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