He paseado por la franja azul que dibuja en la costa, bailando con el agua. Por el blanco lechoso que pinta en la noche, desnudo, bañado por el mar y, arropado por todos, he sentido la sangre en mi corazón abierto, como sólo a vosotros puedo mostrarlo.
Ahora, en Madrid, a pesar de la segura muerte de alguna neurona, os recuerdo aún más.