Memento Cacare

 Reflexión.

Sería más util que en la cuadriga del soberbio triunfador, el siervo, en lugar de advertirle "memento mori" le dijera "memento cacare". La hora de cagar suele estar siempre más cerca que la de morir, y nos recuerda, no ya nuestra naturaleza humana, sino la animal

El Oráculo

Me arrodillo en el reclinatorio de #MarioKlingemann y el algoritmo, como si fuera una revelación, escribe: "Lo que más tememos no es la destrucción de aquello que tememos más. Tememos la explosión de nuestros miedos." #stillhuman #espaciosolo Madrid.
https://coleccionsolo.com/

Confidencias tardías 3-La Periodista

https://galianaycia1.wordpress.com/2020/12/30/en-galianaycia-del-2020-al-2021-con-los-relatos-de-pedrovaldes-confidencias-tardias-3-la-periodista/

Confidencias tardías 2-Atardecer

En #GalianaYCía del 2020 al 2021 con los relatos de @PedroValdes: Confidencias tardías – 2- Atardece https://t.co/nx8oxXSCSD

Confidencias tardías 1-Vomito

A media tarde en #GalianaYCía del 2020 al 2021 con los relatos de @PedroValdes: Confidencias tardías - 1- Vomito
https://t.co/LZUXKeuAV2 vía @GalianaRgm

El mañana efímero

El dolor de España nos aíra hoy hasta enfrentarnos, resucitando a la España cainita. ¿Nos helará el corazón?
Gracias @VctorClavijo por tu #poesiaparaunacuarentena, por #Machado. #laresistenciapoetica https://t.co/ZgRfoD1pj1
EL MAÑANA EFÍMERO, de #Machado. 
#Machado #poesiaparaunacuarentena #laresistenciapoetica #VictorClavijo https://t.co/QxxdXL6STt

SER

Envejezco, y me doy cuenta de que moriré sin llegar a ser yo mismo... La insoportable levedad del ser.

(Imagen: Lamento por la muerte del primogénito de Egipto, Charles Sprague Pearce, 1877)

Atardece

Carmen Luengo cerró la puerta tras de sí, atravesó el inmenso vestíbulo para detenerse por un momento frente a la chimenea encendida y extendió las manos para calentárselas, sujetando la carpeta bajo uno de sus brazos. Había calefacción, sin embargo, sentía frío en los huesos. Estaba sorprendida tanto por el episodio de su niñez que acababa de escuchar como por la aparente frialdad del narrador. Este hombre —dedujo— ha tenido que sufrir mucho. Se asomó por uno de los ventanales pero no vio nada más allá de los primeros setos del jardín, apenas iluminados por las farolas. Una espesa niebla rodeaba la casa que parecía atrapada  entre  muros de gelatina blanca, húmeda y viscosa;  la atmósfera en su interior era  pesada y de veloz anochecida. Las cinco campanadas del reloj de pared rompieron su ensimismamiento y su impresión de que era tarde.

Un día de la Bona Dea diferente

El bellísimo y barbilampiño Plubio Clodio Pulcro, de los Claudio de toda la vida, se coló a lo Mecano en la fiesta de la Bona Dea vestido de mujer,  mas su voz masculina le traicionó, fue descubierto y salió huyendo poniendo en evidencia a la organizadora,  la esposa del Pontífex Maximus, que no era otra que Pompeya Sila, la mujer de César,  lo que unido a los rumores sobre su romance con  Clodio, que junto con su hermana Clodia, los Antonios y Celio, eran los "enfants terribles" de Roma, llevó al pontífice a demandar al adonis por el sacrilegio cometido y a divorciarse de su mujer. No pudo aportar prueba alguna de que el intruso fuera Clodio, por lo que salió absuelto, pero siguió adelante con la disolución de su matrimonio pues -afirmó- "la mujer de César no sólo tiene que ser buena, sino parecerlo".

Dios nos libre...

...de la clase media. ¿Qué se hizo de ella? Ha disminuido considerablemente, mientras se ensancha la franja de los más ricos y de los pobres, aún más pobres. La que queda, pauperizada y en proceso de proletarización, apenas tiene influencia sobre los gobiernos. Dios nos libre de la clase media, capaz de pensar y salirse del sistema. La muerte de la clase media beneficia a aquellos que más tienen, pues los pobres, con pensar en subsistir, y sobre todo en hacerlo, ya tienen bastante.

Hijo pródigo

En mi temprana adolescencia era un chico zamujo y taciturno que apenas salía de casa. Tal vez por eso, anhelaba que vinierais a casa  por vacaciones. La casa, de normal solitaria, se llenaba entonces de música, risas, anécdotas y era un trasiego de gente joven el que entraba y salía. Sin embargo, no podía evitar sentirme un poco como un príncipe destronado. Me veía privado de la intimidad de un cuarto que era para mi solo casi todo el año y,  a mi pesar sentía celos por las atenciones que os prodigaban Papá, Mamá y la Abuela de las que, para ser justos, disfrutaba yo, por entero, el resto del curso.

Mi venida a Madrid supuso para mí un cambio radical. Me sacudí, como un perro recién salido del agua, el pelo de la dehesa, inhalé profundamente los aires de libertad que, en aquellos momentos corrían  por la capital, deseché algunos dejes burgueses, y sobre todo, pude ser también hijo pródigo.



Mundus Patet

El 8 de noviembre, los romanos celebraban Mundus Patet  cuando
las puertas del Hades se abren y los muertos visitan a los vivos. En  Pompeya, el mosaico Memento Mori, la Rueda de la Fortuna, muestra a la muerte flanqueada por la  riqueza a izquierda  y la pobreza, a la derecha, colgando de un hilo.  Cuando se rompe, el alma, simbolizada por una mariposa,  se va volando.  Y así se hacen todos iguales.

Paca

Paca se me parecía a una gata, y eso que a mí los gatos... Es a la vez fuerte y delicada,  ágil, grácil, y consciente de su atractivo. No tenía una cara perfecta. Una gata negra, una pantera de pelo azabache, tez morena y ojos verdes y atigrados. No es alta ni baja, ni gorda ni delgada. Está en forma, en su punto que diría yo, sin que le sobrara ni le faltara gramo en la geografía corporal, siendo la distribución por el paisaje más que acertada. Me gustaría que la vieses. En su sonrisa había algo de burla, su voz sonaba segura, como si siempre supiese de lo que hablaba, pero con cierto tono de sorna,  y en su barbilla —que con su cuello formaba un perenne ángulo obtuso, incluso cuando iba puesta— un gesto altivo. No le gustaba que la llamaran ni Paqui ni Francica, sólo Paca.  Ese nombre, PACA... La egresión de la P liberada por la A, la erótica oclusión de la K en el velo del paladar terminada con la expulsión de la A me pone, ¡es tan carnal

Tirando Banderas

Mi hijo Pedro presenta su poemario. Orgulloso de haberte transmitido la afición a la escritura. Suerte.

Villa Diodati

Empezamos contando pequeñas historias de fantasmas junto a la chimenea mientras la fría noche del verano que no fue caía sobre Villa Diodati. Llegó mi turno.  Byron, Mary Shelley, Claire, Percy y Polidori escucharon atentamente mi relato del Pozo. Conforme oscurecía, los cuentos se volvieron cada vez más lúgubres y, ateridos, nos fuimos acercando cada vez más unos a otros. El juego del terror dio paso al juego de manos, labios y cuerpos,  de lo psíquico a lo físico, hasta que, rendidos, nos dormimos junto al fuego. La tenue luz de la mañana de aquel día del verano que nunca llegó me despertó. Estaba tumbado sobre la alfombra con la única compañía de las botellas vacías junto a mi cabeza.



Alacasum

Tendría nueve o diez años, y él, con quince  o dieciséis, era mi héroe; jugaba conmigo, me escuchaba, inventaba historias para mi, y, por las noches, antes de dormir, desde su cama  tendía su mano, tomaba la mía, y decíamos: "alacasum casum casum",  que, según él, significaba siempre unidos hasta la muerte...  Y así fue

DE LUCIO IUVENTIO PÓSTUMO EN MI VILLA LUCENA EN VERONA A SU AMIGO CAYO VALERIO CATULO EN ROMA, SALUD.



S.V.B.E.Q.V[1]

         Querido Catulo, me dirijo a ti en la confianza que me da la amistad que con tu padre tengo y que une a nuestras familias desde tiempo inmemorial.
         Hasta Verona llegan noticias del éxito que los nuevos poetas, entre los que se te incluye, tienen en la urbe, de lo que me congratulo.    
Mi hijo Publio Iuventio Cano, al que seguramente tendrás en tu presencia a la lectura de esta, ha terminado sus estudios de gramática y muestra pasión por la poesía, en la que pretende cultivarse sin descuidar, tal como ha prometido, el resto de materias. Por ello le he enviado a Roma para completar su formación. Si no es carga para ti, me gustaría encomendártelo, pues en todos los sentidos deseo, como cualquier padre quiere para su hijo, que esté siempre con los mejores. Se que contigo y tus amistades el que va a dejar de ser un niño estará en buenas manos, aprenderá y tendrá a su alcance las más recomendables  relaciones en la ciudad. Te enviaré, si aceptas, poder suficiente para que contrates o compres a un buen rétor y lo que tú estimes necesario. Mi procurador en Roma te proveerá en mi nombre de los fondos suficientes. 
Te agradezco de antemano el cumplimiento de la solicitud que te hago en esta misiva, que mando enviar antes de las parentalia para no incomodar con cosas de los vivos a los muertos que se honran,  asegurándote que lo mismo haré yo cuando las tuyas viere.
 Los ecos del escándalo del sacrilegio de la fiesta de la Buena Diosa y el juicio han llegado hasta Verona. ¿Qué cabe esperar de los populares? Ni  respetan a los dioses ni lo hacen entre sí. ¿No quieren acaso acabar, con el apoyo del pueblo,  con la hegemonía de la clase senatorial y la nobleza?
 Aquí ha sorprendido mucho que sea uno de esa facción política, y además de una de la mejores familias de Roma, Clodio, el que haya protagonizado tan lamentable episodio poniendo en evidencia a la mujer de César, con el que tu padre tiene gran amistad pese a ser uno de los máximos representantes de ese partido. Claro que tampoco es de extrañar pues es, según dicen, desordenado hasta en el vestir. Será tal vez querido Catulo que me estoy haciendo viejo y nada entiendo de las nuevas modas de los jóvenes de cíngulos caídos y togas mal plegadas. Incluso aquí, en Verona, los hay que, imitando el estilo de Julio, que se está convirtiendo en el hombre más famoso de Roma, se peinan con el cabello hacia delante. Si ellos supieran, me decía el otro día tu padre, que se peina así para ocultar su prematura e incipiente calvicie...  Se comenta que se hace aplicar para remediarla sangre de salamandra. En fin, como dijo Cicerón,  «o tempora o mores».  

      Espero que en tu contestación me cuentes de primera mano lo que se dice por el Foro. 

       Mi querida esposa y mi hijo, tu amigo de la infancia, Marco Iuventio Primo te envían muchos recuerdos. Saluda de nuestra parte a nuestro querido paisano Quinto Cornelio Nepote, que en su día hizo por ti lo que hoy te pido que hagas por Publio.

Vale

a.d. III Id. Feb. DCXCII ab urbe condita [2]
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[1] S.V.B.E.Q.V.( si vales bene est ego quoque valeo): «si estás bien me alegro, yo estoy bien».
[2] 11 de febrero del 61 A.C.